31.8.05

El efecto Mariposa

Dicen que un solo estornudo de James Mariposa es capaz de contagiar la gripe a millones de personas en la otra punta del mundo.

30.8.05

Loco(motora)

Hoy se me ha escapado el tren. Me quedaré en la estación, no sea que vuelvas a pasar por aquí y yo llegue tarde otra vez.

29.8.05

En tierra de nadie

En un pequeño país llamado soledad, las montañas son tan altas que apenas dejan ver la luz del sol. Hay un río hecho con tus lágrimas, un bosque aburrido, sin flores ni plantas, y un tortuoso camino que discurre en círculos, sin llevar a ninguna parte. El único lugar habitable es un palacio hecho de recuerdos que se caen a trozos. Allí dentro el día se confunde con la noche, y en esa eterna oscuridad el frío acaba adueñándose de tu corazón.

25.8.05

Ya no estás

Nunca te creíste capaz de tener una buena idea.
Jamás pensaste que te irían a echar de menos.
Te fuiste sin decir adiós.
Y dejaste un vacío que ahora nadie va a llenar.

24.8.05

Propósito para hoy

Tengo que cortarme las uñas de los pies.
Me están haciendo mierda los calcetines.

23.8.05

Corre

Otro sueño acerca de correr y nunca llegar. Se suponía que en algún lugar estaban esperándome, y que yo tenía que darme mucha prisa. De alguna manera, ahora no recuerdo cómo, me había hecho daño. No podía ir a pie. El caso es que tenía que coger algún medio de transporte público que nunca llegaba. El metro, un taxi, un tren, creo que incluso un tranvía. Al final me cansaba de esperar, y cuando optaba por el siguiente método de transporte veía cómo el que acababa de descartar llegaba de repente y salía zumbando dejándome plantado. No recuerdo nada más de aquel sueño. Bueno, sí que recuerdo algo más: era de día, por la mañana, y la calle estaba asfaltada con flores.

11.8.05

Fantasmas

Hoy me he levantado rodeado de fantasmas. A mí han vuelto tristes recuerdos del pasado. Noto abiertas heridas que ya creía cicatrizadas. Y como si de nada hubieran servido todos estos años, descubro que aún siento lo mismo.
Hoy me duele el ayer.

10.8.05

Los aguafiestas

Tormentas de verano. Llegan de repente, sueltan su jarro de agua fría y se marchan a otra parte. Ayer mismo quedé remojado por una. Fue una de ésas que vienen acompañadas de "fuerte aparato eléctrico", expresión que aunque hace referencia a la cantidad de rayos que sueltan, a mí me hace pensar en licuadoras y microondas cayendo del cielo. Pues nada, andaba yo tan tranquilo por la calle cuando empezaron a caer (lo dicho, a traición) unas gotas gordas como aceitunas. Lo más curioso es que, al girar la primera esquina en busca de un refugio, ya había gente cubriéndose con un paraguas. No podía ser que toda esa gente acabara de salir de casa, con lo que sólo se me ocurre otra opción: hay personas que siempre salen a la calle con un paraguas a cuestas, por si las moscas. Lo cual, no me negarán ustedes, no deja de ser síntoma de una actitud frente a la vida más bien ceniza. De acuerdo, yo acabaré mojado como un pato, pero al menos no voy por ahí pensando que siempre va a llover.

9.8.05

Calentón

Tengo los pies fríos. Las manos, congeladas. Siento escalofríos en la nuca. Cosquillas en la boca del estómago. Mi cara está pálida. Parece que toda mi sangre se concentra en un mismo punto. Un trozo de carne palpitante. Los pantalones bien rellenos. La bragueta a punto de estallar. No soy dueño de mis actos. Es ella quien manda ahora. Me pide salir. Para poder entrar. Te quiere a ti. Ya no pienso en nada más.

8.8.05

Oscuridad

Casi nunca bajo al sótano. Hace frío y apesta a humedad. Y porqué no reconocerlo, también me da un poco de miedo. Por eso prefiero que lo haga mi marido. Él se ríe entonces de mis chiquilladas. Así es como las llama. Aunque ya me gustaría verlo a él ahora, bajando por las escaleras con esta mierda de linterna, pero lleva toda la semana fuera. Está de viaje.
Tengo los pezones como dos piedras, siento cómo me rozan contra el camisón. Debería volver a la cama. Igual lo he soñado, o a lo mejor ha sido el viento. O un animal. No pasa nada, sólo ha sido un golpe. Pero no hay luz, deben haber saltado los plomos. Jodidas tormentas, cómo odio que llueva. Hacen que aquí abajo huela aún peor. Y el panel está al fondo, junto a las herramientas del jardín. Coño, ¿qué ha sido eso? Cristales. Cristales rotos. Tranquila, seguro que es un animal. Ahora sí que tengo miedo.
–¿Hay alguien ahí?

4.8.05

La muñeca rusa

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La muñeca rusa está indignada. Le acaban de decir que no tiene vida interior. Pero, ¿qué culpa tiene ella de ser la más pequeña? Un día, aprovechando que su joven dueña las ha colocado en formación, la muñeca rusa esconde en su pequeño corazón de madera el minúsculo huevo de un insecto. Por la noche, y de nuevo a salvo en la tripa de sus hermanas, la muñeca rusa sonríe satisfecha al sentir el latido de la vida en su interior, ignorando por completo que de ese huevo nacerá una termita, y que la misma vida que engendrarán sus entrañas será a la vez su propia condena de muerte.

3.8.05

De noche

Hay debajo de mi cama toda una colección de sueños que viví despierto, un montón de palabras que se quedaron por decir y un puñado de deseos que sacié en silencio.

Hay debajo de mi cama más de cien noches en las que me quedé sin dormir, infinidad de besos que nunca llegaron a puerto y unas 1.500 ovejitas celosas de ti.

1.8.05

De vuelta

Cuando todo (o casi todo) el mundo empieza sus vacaciones, un servidor ya las ha terminado. Han sido unos días de UV y H2O, o lo que es lo mismo, de sol y playa. De vuelta al trabajo, una imagen persiste en mis retinas:

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