Supongo que me obsesioné. No le quitaba el ojo de encima. Registraba cada uno de sus gestos, de sus expresiones, su forma de andar, de retorcerse las manos ante una dificultad. Lo admiraba tanto... Poco a poco empecé a actuar como él. Me compré su misma ropa, e incluso le mostré una fotografía suya al peluquero para que me hiciera su mismo corte de pelo. Y un buen día dejé de ser yo mismo para sentir que era él. No es que andara todo el día imitándolo, sino que realmente creí que era él. Me había transformado: mi vida anterior quedaba como una larva dentro del capullo; y fue entonces cuando me sentí una mariposa.
Olvidé todo mi pasado, reescribí mi vida entera y me marché muy lejos, a empezar de nuevo. Libre. O al menos, eso creía yo.
PD: nos vemos en unos días. Que descansen.
19.7.05
14.7.05
Sin fecha de caducidad
Los años caen igual de rápido que las hojas del calendario. Se acumulan en el suelo de tu habitación, y casi sin darte cuenta, cuando quieres recuperar un recuerdo te sorprendes de lo mucho que tienes que buscar, de lo atrás que queda ya.
No puede ser, sueles decirte, si parece que fue ayer.
Pero tú te ves igual; en el fondo no has cambiado. Sigues siendo el mismo que se escapaba con su bicicleta para ver la puesta de sol, el mismo que volvía a casa llorando buscando consuelo en la falda de mamá.
Aunque sólo haya pasado un día, a partir de hoy, cuando me pregunten la edad, tendré que sumarme un año más. Por suerte, las personas no somos como los yogures. Nosotros no tenemos fecha de caducidad.
No puede ser, sueles decirte, si parece que fue ayer.
Pero tú te ves igual; en el fondo no has cambiado. Sigues siendo el mismo que se escapaba con su bicicleta para ver la puesta de sol, el mismo que volvía a casa llorando buscando consuelo en la falda de mamá.
Aunque sólo haya pasado un día, a partir de hoy, cuando me pregunten la edad, tendré que sumarme un año más. Por suerte, las personas no somos como los yogures. Nosotros no tenemos fecha de caducidad.
11.7.05
Los trapos sucios
Me trataste como a un trapo, y me apuraste tanto que al final no podías sacar de mí ni una triste lágrima.
8.7.05
London
"Por un lado tenemos a unos hombres que quieren poner fin a la pobreza, a enfermedades como el SIDA, que quieren un medio ambiente limpio, y por otro tenemos a hombres que matan a otros hombres"
George W. Bush, cinismo sin fronteras.
Nueva York, Madrid, Londres...
Luto sin fronteras
George W. Bush, cinismo sin fronteras.
Nueva York, Madrid, Londres...
Luto sin fronteras
7.7.05
Las apariencias engañan
Mi madre solía decir que sólo quedaba bien en las fotografías cuando se las tomaban de lejos. Con el tiempo he descubierto que esta ocurrencia que tanta gracia me hacía podía aplicarse también a la mayoría de la gente que conozco. Muy pocos, empezando por yo mismo, superamos los planos cortos, mucho menos un primerísimo primer plano. Ahí, en la corta distancia, es donde se revelan nuestras imperfecciones, todas nuestras miserias, confirmando una vez más lo falsas que pueden llegar a ser las apariencias.
6.7.05
4.7.05
Tú y yo somos iguales
Cuando uno pretende ser diferente, o único, o especial, en el fondo está haciendo lo mismo que todos los demás.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)