14.3.06

Unabomber

Éramos una familia de terroristas. Mi padre había armado una bomba y estaba decidido a volar todo el edificio. La plantamos en el centro del salón de casa, y yo me las arreglé para dejar mis cosas junto al explosivo (al menos, eso es lo que aprendí de las películas: lo que está justo al lado de la bomba se queda a salvo de la onda expansiva). El plan era huir en coche hacia la montaña y detonar el paquete desde allí, como quien va a ver unos fuegos artificiales.
Mientras subíamos intenté convencer a mi padre de que no lo hiciera. Que nuestros vecinos no tenían la culpa, que también morirían niños. Él conducía en silencio. La ciudad se veía preciosa. Llevaba una cámara conmigo, aunque me resistí a sacarla. Sé que las fotos tomadas desde un coche en marcha nunca quedan bien.
Y ahora estoy intentando descubrir si existe alguna relación entre los dos burritos de chili con carne que cené anoche con esta pesadilla que tuve después.

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