16.11.05

Hemorranas

Conocí una vez a un tipo que trabajaba en un circo haciendo de faquir. El plato fuerte de su número venía cuando Hemo Rahn –pues así se hacía llamar– rompía un par de bombillas y pasaba a comerse todos los cristales como si nada. Un día le pregunté cómo demonios lo hacía para no hacerse daño al tragar.
–Lo difícil no es comerse los cristales –me dijo–, lo realmente jodido viene después, al cagarlos.

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