29.6.05

Los pies del gato

Me dices que hay cosas que es mejor no decirlas nunca, y que por eso mismo te las callas. Y me justificas tu silencio diciendo que ciertos sentimientos, al traducirlos en palabras, parecen mucho peores de lo que en realidad son. Y que en el fondo no te pasa nada, rematas, y yo te digo entonces que es justo al revés, que es en el fondo donde algo no marcha bien, y que tú, con tu actitud, tratas de taparlo todo con un manto de indiferencia. Y entonces te enfadas, me dices que soy un pesado, que no hago más que buscarle tres pies al gato, y yo respondo que no, que los tres pies ya los he encontrado, pero que es el cuarto, ése que cojea, el que me tiene más preocupado.

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