Según un absurdo estudio –pagado por alguien a quien le sobraba dinero y hecho por otro a quien le sobraba tiempo–, el primer retrete que te encuentras según entras a un lavabo público es SIEMPRE el que más limpio está. No se sabe qué extraño mecanismo nos hace descartar la primera puerta y optar por la segunda o incluso la tercera (que es, según el estudio, el retrete que suele estar más sucio).
Todo ello, claro está, siempre y cuando se trate de un lavabo "multiple-choice", ya que en caso contrario encontrar el lavabo limpio es poco menos que una quimera.
30.5.06
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