Ayer, en la redacción del diario, discutíamos sobre si las muertes por accidente de tráfico en la ciudad entraban dentro de las estadísticas de la DGT a la hora de contabilizar las víctimas en carretera durante los desplazamientos de Semana Santa. Yo decía que no, que no tenían nada que ver, aunque mi jefe decía que sí, que todos los muertos entraban estos días en el mismo saco.
Hoy, poco después de extrañarse porque no he ido a trabajar, mis compañeros se enterarán de que la lluvia y un resbalón desafortunado metieron mi moto bajo las ruedas de un autobús al volver del trabajo. Y supongo que se pasarán el resto del día preguntándose si mi muerte habrá sumado o no en las 107 víctimas de este año.
18.4.06
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