3.3.05

Miradas

Sales a la calle a cazar. Tus ojos como escopeta. Cargas tu arma con un rápido pestañeo. Y buscas tu pieza. O una señal de reconocimiento. Una señal, al menos. Disparas penetrantes miradas. Pero en la calle las caras se convierten enseguida en espaldas. Son presas huidizas. A veces te sientes tentada y vuelves la vista atrás. Das una segunda oportunidad. Pero nada. Recargas y sigues avanzando. Sigues buscando. Cuando se hace tarde, siempre vuelves muy tarde, regresas a casa. Y tu corazón, ese gancho del que pensabas colgar tu presa, sigue igual de vacío, igual de frío. Pero aún crees en el amor a primera vista. Y en ésas estás.

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