23.12.04

La vida es juego

Aquí hemos venido a jugar. No sé si se acordarán ustedes, pero los participantes de un famoso concurso televisivo repetían esta frase siempre que se encontraban ante un dilema. Sucedía en la fase final del concurso, la subasta, y en aquel momento se trataba de escoger entre el sombrero de Arévalo o el liguero de la Bombi. Detrás de aquellos objetos se escondían sendos regalos, puede que uno bueno y uno malo. O los dos buenos (o los dos malos). Los concursantes no lo sabían, pero estaban igualmente obligados a escoger.

Escoger. A menudo la vida te plantea semejantes dilemas. ¿Hago esto o lo otro? Tampoco entonces sabemos qué se esconde detrás de nuestras decisiones, nuestros actos. Nos gustaría que el destino leyera un poco más, que no se quedara en un "y hasta aquí puedo leer", pero no. Aquí hemos venido a jugar. Y en la vida, como en el juego, vale la pena arriesgar. Porque como suele decirse, sólo gana quien arriesga.

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