El bocadillo de salchichón
Un clásico de toda la vida, el bocadillo de salchichón hace las delicias de grandes y pequeños. Tiene, pero, algunos inconvenientes: antes de ingerirlo resulta aconsejable quitar la piel al embutido, ya que de otra manera el bocadillo será incómodo de comer, y quienes nos acompañen se verán obligados a presenciar el embarazoso espectáculo de una tira de piel colgando de nuestros labios, que tomaremos con cuidado entre los dedos para estirar a continuación, llevándonos a menudo en este proceso parte de miga de pan ya masticada y mezclada con saliva, un desperdicio incómodo de abandonar en ningún lado, ni siquiera en el plato, donde deja un cadáver en extremo desagradable. Y atentos por si el salchichón tiene trozos de pimienta, que también convendrá retirar si no es uno amante de las emociones fuertes. En resumen: un buen bocadillo, pero según cómo esté servido, incómodo de cojones.
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