Esta noche he decidido escribirte una canción sin letra ni melodía, pintar tu retrato sin usar tela alguna, esculpir al aire tu figura, juntar versos al azar para no hacer de ti poesía. A oscuras, te he mirado con los ojos cerrados y, caminando hacia ti sin mover los pies, te he llamado sin abrir la boca. Y he pensado que ya no pensaría más en ti, que a lo mejor así podría dormir, y que si estabas ahí conmigo es porque una vez no te dejé venir. Por eso, antes de dormirme he dejado mi puerta cerrada (para dejarte entrar), he abierto bien la ventana (para no poderme escapar), y he decidido que ya seguiría soñando contigo luego,
al despertar.
12.12.04
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