23.11.05

El último adiós

Ay, el tiempo. Qué escurridizo es, qué rápido pasa. Un buen día te llama un amigo y juntos descubrís que igual hace año y medio que no os veis. Entonces decidís quedar, que eso no puede ser. Pero el tiempo, ay el tiempo, ha puesto ya demasiada tierra por medio. Vuestras vidas discurren por caminos demasiado diferentes. Pero da igual. Cuando volvéis a estar juntos os parece como si el tiempo no hubiera pasado. La charla es animada, las bromas son las mismas, la risa igual de fácil. Pero tarde o temprano llega el momento de volver a decirse adiós. También el de decirse que no puede volver a pasar tanto tiempo sin veros, que eso no puede ser. Igual incluso arregláis una cita para la semana siguiente, un encuentro que los dos sabéis que nunca se producirá. Pero lo hacéis igual, cuando lo más fácil sería darse el último adiós,
un fuerte abrazo,
un par de besos,
desearse lo mejor,
y seguir cada uno por su camino.
Felices de haberos conocido.
Felices de haberos despedido.

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