
Analizar la actividad cerebral de una langosta mientras ve escenas de La Guerra de las Galaxias o averiguar si el hombre nada más despacio en jarabe son algunas de las cosas a las que se dedican –lo crean o no– algunos científicos, y por las que acaban recibiendo premios. En este caso, los premios Ig Nobel (Wikipedia), una especie de anti-Oscar del mundo científico. De los premios de este año me quedo con un estudio para calcular la presión que ejercen los pingüinos al defecar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario