1.3.05

Sábanas rápidas

Lo bueno, si breve, una putada. El joven F tenía esta frase enmarcada encima de su escritorio, junto a una fotografía en la que podía vérsele, con apenas quince años, sentado en la primera fila de bancos de la universidad. Muy pocas de sus conquistas reparaban nunca en aquella frase. No es este ahora el caso de la bonita V, que sentada al borde de la cama y mientras se quita las medias, pasea el azul de sus ojos sobre el texto y pegunta: ¿Qué quiere decir? ¿No era “lo bueno, si breve, dos veces bueno”? Con una pícara sonrisa en la boca y justo antes de abalanzarse sobre ella, F responde: De aquí cinco minutos te lo explico.

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