Tantos siglos observando la humanidad el firmamento, dibujando el movimiento de los planetas, teorizando sobre órbitas y gravedades, describiendo constelaciones y galaxias... tanto gasto en científicos, observatorios, potentes ordenadores, satélites y telescopios... total para descubrir al final que el centro del universo estaba aquí, tan cerca, en tu ombligo. Pues ya podrías haber avisado antes, digo yo.
1.12.04
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